La abrumadora cantidad de información que suministra Internet es como una bola de nieve: cuanto más avanza y se agiganta el usuario de la red corre el riesgo de quedar sepultado en la desinformación, desconectado de la realidad.
Científicos, escritores y especialistas advierten sobre los peligros de la llamada “explosión informativa”, donde -como en el tango Cambalache- “ves llorar la Biblia contra un calefón”. El ciber-plagio, las ciber-adicciones y la propuesta de fecha de vencimiento a los archivos que se suben a la web.
Nunca antes como ahora el ser humano había tenido posibilidades de acceder –internet mediante- a tanta información, pero como una cruel paradoja de esta centuria que algunos ensayistas han denominado “el siglo de la comunicación” –otros prefieren llamarla “la sociedad de la comunicación”- la sobreabundancia y pluralidad de sitios informativos no garantiza que se pueda lograr mayor conocimiento, menos aún más sabiduría.
Es que lo que circula por la red cibernética es tan inabarcable –incluso agobiante- fue definido con acertada ironía por el físico catalán Alfons Cornella con el término “infoxicación” (acrónimo de información e intoxicación).
“Infoxicación es todo este fenómeno de multiplicación de la cantidad de información que existe en el mundo y que se ha venido a llamar ‘la explosión de la información’, aunque más bien tendría que llamarse ‘explosión de la desinformación’, indigerible y confundidora. Porque la información que llega sin criterio o sin pasión es simplemente ruido. Y el ruido molesta”, explica en varios artículos periodísticos el creador del neologismo y del sitio web infomanía.com.
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